ABAJO DEL RING: SE APROXIMAN MAS MARAVILLAS

SE APROXIMAN MAS MARAVILLAS

Por Santiago Dieser


Es el personaje más buscado del momento: está en la cima del mundo pugilístico y su nombre se escucha en todas las charlas de boxeo. El argentino Sergio “Maravilla” Martínez se anotó un contundente nocaut en el segundo asalto frente al local Paul Williams en EE.UU. y no sólo defendió su título mundial CMB del peso mediano, también demostró que la derrota frente a ese mismo rival (NdeR: Diciembre de 2009 por puntos y en fallo dividido) había sido un error de los jurados. Aquella vez el quilmeño sentía que volvían a robarle una pelea (ya le habían dado empate frente a Kermit Cintrón, en un combate en el que había sido ampliamente superior) y decidió afrontar sus siguientes contiendas con otro plan, otra actitud, como la vista el anterior sábado. A pesar de ser un peleador muy completo y técnico, si algo se le reclamaba a “Maravilla” era ser más contundente en la ofensiva, aspecto que si lograba mejorar lo pondría en lo más alto del box. Y eso hizo el argentino. Demostrado quedó el sábado, cuando sus potentes zurdas a la quijada terminaron por acabar con las esperanzas del moreno Williams, quién cayó desplomado cuando promediaba el segundo episodio.

Saltó al ring montado en Atlantic City con la mente puesta en un rápido triunfo, para despejar dudas y terminar de meterse en la consideración de los grandes boxeadores. Definitivamente Martínez lo logró y por eso lo festejó como si fuera su primera gran victoria. Cómo si nunca le hubiera ganado al mejor mediano de la última década, Kelly Pavlik. Pero aquí hubo un factor fundamental: el argentino iba en busca de revancha. Cuando realizaba declaraciones se lo notaba sereno, confiado en su duro entrenamiento, pero en realidad estaba ansioso por tener desquite con aquel que le quitó un invicto de años en forma muy discutida. Con todos sus atributos boxísticos desplegados en tan solo un round y medio, el púgil de 35 años demostró que para llegar a la cima no hace falta tener menos de treinta como algunos creen. Cierto es que su ascendente carrera tardó en darle los verdaderos frutos de la gloria, pero aquí están y el está dispuesto a aprovecharlos: “He trabajado muy duro hasta llegar donde estoy y ahora es el momento de hacerlo todavía mejor”. No sólo se basó en sus habilidades técnicas y físicas, además fue lo suficientemente inteligente como para estar atento a los descuidos defensivos de Williams, que no tardaron de llegar, tanto al final del primer asalto como a mitad del segundo, cuando ya las acciones quedaron totalmente liquidadas: “En el segundo se vino hacia mí con la guardia baja, demasiado abierta y con todo el espacio para que le colocase mi gancho de izquierda, que lo dejó sin capacidad de reacción”. Fue un gran triunfo. El boxeo argentino no recibía tan grato resultado desde hace ya varios años. Ni las 17 victorias por títulos del mundo de Omar Narváez o las esporádicas apariciones de Rodrigo Barrios o Raúl Balbi se asemejan al contundente éxito de Sergio Martínez, el mejor peso mediano de la actualidad y uno de los mejores libra por libra.

El argentino radicado en Oxnard, Estados Unidos, ha dejado en evidencia que sólo se enfrenta a los mejores boxeadores del mundo (Antonio Margarito, kermit Cintrón, Kelly Pavlik y el mencionado Williams en dos oportunidades) a contrapartida de lo que muchos otros hacen, cómo por ejemplo el alemán Félix Sturm, supercampeón AMB del mismo peso que Martínez, quien selecciona con cuidado a sus rivales para no arriesgar del todo su reinado. “Maravilla” no elije a sus rivales por su nivel de dificultad, sino que lo hace pensando en grandes retos, que sabe que no abundarán teniendo en cuenta su edad, y a la vez en las grandes bolsas que le auguren un buen futuro en cuanto a lo económico. Por eso es que muchos especulan con la posibilidad de un enfrentamiento con uno de los dos grandes del boxeo actual: el filipino Manny Pacquiao o el norteamericano Floyd Mayweather (invicto en 41 combates). El primero viene de adjudicarse el título superwelter (una categoría menos que la del quilmeño), pero estaría pensando en regresar al peso welter, por lo que si eso se concreta una pelea con el argentino parecería demasiado lejana. En cuanto al segundo desafío hipotético, también aparece bastante difícil de realizarse, ya que hace varios meses que no pelea, y cuando lo hace es frente a grandes rivales, pero que están en la pendiente de su carrera (Shane Molsey, por ejemplo), algo más que cuestionable. Pero así como muchos dudaban de las cualidades ofensivas del campeón mediano del Consejo Mundial de Box, ahora algunos descreen que a su edad pueda medirse frente a uno de estos dos “monstruos” del pugilismo. Técnica, inteligencia y corazón es lo que le sobra, y ya se ha encargado de demostrarlo e ir mejorándolo pelea tras pelea. Ahora es momento de callar a quienes creen que su tiempo para grandes combates ha finalizado junto con la caída de Williams el pasado fin de semana. Pero él y los que conocemos de sus capacidades, por el contrario, sabemos que su momento recién ha comenzado.

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