ABAJO DEL RING: VENCEDORES VENCIDOS Y OTROS CUENTOS

VENCEDORES VENCIDOS Y OTROS CUENTOS

Por Santiago Dieser

Antes que nada, vale la pena dejar en claro que el boxeo es un deporte de apreciación, y que la tarea de los jueces en esta disciplina es justamente esa, la de evaluar el desempeño de los púgiles arriba del cuadrilátero, para luego fallar el combate al que sean asignados con la mayor responsabilidad posible, que será lo que determinará el ganador de tal contienda en caso no haber un vencedor por la vía del nocaut.

Ahora bien. Se puede “apreciar” de distinta forma una pelea, pero resulta que en Argentina (y en todas partes, por mala suerte) hay fallos que rozan lo vergonzoso. Decisiones injustas, localistas e inexplicables que despojan del triunfo a justos y nobles ganadores, transformándolos –parafraseo mediante- en “Vencedores vencidos”. El tema vuelve a salir a la luz en este 2010 que se está yendo, por combates en los que, sorpresivamente, los que mejor hacen las cosas arriba del ring son perjudicados por los que hacen mal su trabajo abajo del cuadrilátero. Se trata de ciertos jueces que pasan de tener una visión distinta de los hechos a tener un enfoque totalmente errado, injustificable. ¿O van a decir que Gumersindo Carrasco le ganó por un punto en las tarjetas a Juan Manuel Bonanni, en Mendoza? ¿Acaso Aldo Ríos triunfó en forma unánime sobre el mexicano Carreón en Neuquén? O ¿Domingo Vilpán fue más que el colombiano José Palma en Bariloche? No, no y no.

Estos son tan sólo tres ejemplos, los más frescos en la memoria de los amantes del deporte de los puños. Pero, ¿quiénes fueron los encargados de fallar estas peleas? El 24 de julio, Aldo Ríos como local se enfrentó a “La Cobra” Carreón, quién ampliamente lo superó a lo largo de toda la pelea con una buena exhibición boxística. A pesar de haber recibido dos puntos de descuento por infracciones, el mexicano debió ganar, pero Mario Pieri (96-92), Jorge Garayo (96-92) y Esteban Castro (96-92) le negaron la posibilidad de volver a su país con la victoria y el cinturón latino welter Jr. del CMB bajo el brazo.

El pasado 13 de noviembre, en Rio Negro, Domingo Vilpán retuvo su cetro latino superpluma del CMB, al ganarle al colombiano José Palma por decisión dividida tras diez asaltos, en los que el retador había sido ampliamente superior (para sorpresa del barilochense, que boxeó en el patio de su casa). ¿Quiénes le arrancaron de las manos la victoria al cafetero? Mario Pieri, ¿les suena? El mismo que vio a Aldo Ríos ganarle a Carreón en forma inentendible, declaró vencedor al argentino por 96-94. Roberto Vidal vio lo mismo –o no vio lo mismo, mejor dicho- (96-94 para Vilpán) y Oscar Torres falló a favor de Palma (96-95).

En el más reciente de los escándalos, Gumersindo Carrasco arriesgaba su explosivo invicto frente al juninense (también imbatido) Juan Manuel Bonanni. Luego de una serie de bullicios arriba del ring, la pelea terminó y fue una de las mejores del año. El transcurso del combate fue cambiante, pero en líneas generales Bonanni había superado a Carrasco, aunque no fue así para los jurados. Miguel Leiva (95½-94½) y Salvador Núñez (94-93) vieron ganador al local, mientras que el restante, Carlos Aguilera (94½-94½), vio un empate.

Cuando un boxeador sale del país a realizar lo que mejor sabe hacer, sin permiso de la Federación Argentina de Boxeo (FAB), luego es sancionado y anunciado en el sitio de la entidad (www.fabox.com.ar). ¿Por qué no se hace lo mismo, la sanción y el anuncio de la misma, con los jueces que no cumplen con las expectativas esperadas de su labor? Ya no alcanza con ampararse en lo que se mencionó primero, que este es un deporte de apreciación. Porque una valoración equivocada por parte de un juez hace que boxeadores como Carreón o Palma vuelvan a sus países (con el esfuerzo que ello demanda) frustrados y sin un título que les pertenece y les abre miles de puertas. No es justo. No es justo que por una mala “apreciación” Bonanni deba volverse a Junín sin su invicto y con la sensación de que el brazo que levantó el árbitro no fue el del vencedor. Hay que exigirle a la FAB en carácter de urgente y en forma enérgica que los jueces señalados anteriormente sean sancionados, sin poder fallar un combate por meses o un año -dependiendo de cada caso- y no sean tenidos en cuenta para las contiendas de mayor importancia. Dichas medidas deberán ser anunciadas en el sitio de la Federación, para que todos puedan saber quiénes son los jueces que no hacen un buen trabajo y sepan a quiénes hay que prestarles más atención a la hora de esperar sus decisiones. Esas que pueden arruinarle la carrera a un profesional, sin que nadie haga nada al respecto.
Imagen: UNO

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