La esperada revancha de "La pelea del año 2009" se realizó ayer en el Mandalay Bay de Las vegas entre el mexicano Juan Manuel Márquez y el local Juan Díaz. El año pasado el vencedor fue Márquez por nocaut en el noveno asalto, luego de ir abajo en las tarjetas. Ayer el ganador fue el mismo, pero lo que cambió fue el trámite del combate, en el que el mexicano fue amplio dominador, salvo en dos o tres rounds donde Díaz pudo imponer su boxeo ofensivo, y terminó llevándose el duelo en forma unánime en las tarjetas: 117-111, 116-112 y 118-110. De esta manera, Márquez (51-5-1, 37 ko) retuvo sus coronas A.M.B y O.M.B de a categoría ligero.
La pelea arrancó intensa y con los boxeadores lanzados en la ofensiva, brindando un espectáculo agradable para los presentes en Las Vegas. En el segundo y tercer round Díaz fue el dominador, conectando los golpes más claros y lanzando más que su oponente, que parecía demasiado expectante. Pero ese pasaje de la pelea fue corto, ya que a partir de cuarto asalto en adelante "Dinamita" Márquez dominó las acciones en forma clara, tomando la iniciativa, trabajando y repartiendo el castigo sobre Díaz, que tambaleó más de una vez.
El final, como no podía ser de otra manera, los tuvo a los dos buscando la definición por la vía rápida en un feroz y espectacular cambio de golpes. Pero el campanazo final llegó y ya todos sabían que el mexicano había vuelto a doblegar al norteamericano.
La pelea arrancó intensa y con los boxeadores lanzados en la ofensiva, brindando un espectáculo agradable para los presentes en Las Vegas. En el segundo y tercer round Díaz fue el dominador, conectando los golpes más claros y lanzando más que su oponente, que parecía demasiado expectante. Pero ese pasaje de la pelea fue corto, ya que a partir de cuarto asalto en adelante "Dinamita" Márquez dominó las acciones en forma clara, tomando la iniciativa, trabajando y repartiendo el castigo sobre Díaz, que tambaleó más de una vez.
El final, como no podía ser de otra manera, los tuvo a los dos buscando la definición por la vía rápida en un feroz y espectacular cambio de golpes. Pero el campanazo final llegó y ya todos sabían que el mexicano había vuelto a doblegar al norteamericano.
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